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Si creas una frontera, alguien va a sacar partido de ese muro. Es la tesis de Roberto Borda, miembro de la Asociación Apoyo, que este martes comienza una campaña junto a otras entidades para denunciar el en las Oficinas de Extranjería de la villa de Madrid, lo que sume a muchos sin papeles en un limbo burocrático del que ciertos procuran sacar tajada tirando de picaresca. Como nadie da la vez, los migrantes se confían a conseguidores sin escrúpulos para conseguir presentarse ante la ventana y tratar de reparar su situación administrativa en España.
Los organizadores de la iniciativa Queremos Citas YA en las Oficinas de Extranjería pretenden visibilizarlos y proteger sus derechos, con lo que animan a los ciudadanos y a las asociaciones a adherirse con su firma a la causa. El objetivo: demandar a las autoridades que el sistema de citas funcione correctamente a fin de que absolutamente nadie “sufra los retrasos actuales en la presentación de sus solicitudes”, explican en la web .
Detrás también están la Coordinadora de Barrios, el centro pastoral San Carlos Borromeo, el Observatorio de Derechos Humanos Samba Martí, la Red Interlavapiés, Ruta de Cuidados, Pueblos Unidos y la Asociación Karibu, quienes estiman que "dificultar el acceso a los trámites de regularización de la situación administrativa” no es solo una forma de “maltrato institucional”, sino asimismo supone la construcción de un muro de cristal opaco.
“Queremos conseguir una cita con la Encargada del Gobierno y con el ministro de Interior para que agilicen los trámites”, explica Roberto Borda, sin detallar irónicamente que quizá resulte más fácil esa empresa que la de fijar un encuentro con un funcionario de la Oficina de Extranjería de la capital, donde las sedes pasaron de cinco a 2, con la coherente reducción de personal.
Asociaciones y abogados denuncian que ciertos locutorios colapsan el sistema de citas de las Oficinas de Extranjería.
Quien debe reparar sus papeles, debe pedirlo mediante internet, mas la web habilitada para ello ni sabe, ni contesta. Por mucho que lo procuren, la contestación es un mensaje láconico, frío e impersonal estampado en sus pantallas: "En este momento no hay citas disponibles". Luego, como dejando un hueco a la esperanza: "En breve, la Oficina va a poner a su disposición nuevas citas". Silvia Díez Jordão, letrada especializada en Extranjería, reconoce la dificultad que supone obtenerla cuando un cliente pide sus servicios.
“Genera presión, mas asimismo angustia, porque eres consciente de que hay muchas personas pidiéndola al mismo tiempo, pues se ha transformado en un negocio”, agrega la letrada. No se refiere a los , extranjeros o nacionalizados, que quieren conseguir el permiso de vivienda o bien reagrupar a su familia, sino más bien a empresas que se anuncian en internet, a locutorios que lo ofertan en sus escaparates o bien a particulares que emplean los medios a su alcance —como Wallapop, la aplicación de compraventa de productos de segunda mano— para que una persona agobiada pague por un servicio gratuito.
Luego empiezan los trámites, pero esa es ya otra historia. “El sistema permite que prolifere un negocio paralelo”, censura otra letrada que ejerce en la Comunidad de la capital de España, quien sumaría a los mentados intermediarios a algunos colegas —“quienes manchan de este modo la imagen del sector”— y a personas que se hacen pasar por abogados, cuando no lo son y su función pasa sencillamente por obtener una cita anterior en la Oficina de Extranjería.
Protesta ante la principal Oficina de Extranjería en la capital de España contra la carencia de citas. / JAIRO VARGAS
¿De qué forma, si la página web oficial está colapsada? Echando horas y horas, refrescando la página, hasta el momento en que haya suerte. “Cuando lo consigues, parece que te ha tocado la lotería”, ironiza Silvia Díez Jordão. “Algo verdaderamente absurdo, por el hecho de que sería tal y como si te convocara Hacienda y montaras una fiesta”. En cambio, no resulta nada fácil, pues hay personas que viven de ello y se pasan el día pegadas a una pantalla para conseguir la ansiada cita, por la que pueden cobrar entre cincuenta y 250 euros.
Una abogada asegura que un cliente suyo llegó a pagar 300 euros a un colega, si bien Díez deja claro que la abogacía tiene un régimen de responsabilidad, con lo que aconseja a quien se sienta engañado que denuncie a los supuestos y falsos letrados, como a los que se aprovechan de la desesperación de sus clientes, ante el Colegio de Abogados correspondiente. “La gente no está indefensa, mas debe actuar y denunciar, pues siempre y en toda circunstancia hay buitres que intentan sacar partido”, explica la experta en Extranjería.
Ya no le sorprende que le pregunten cuánto cobra por una cita de arraigo, ni tampoco se cansa de explicar que ella expide la minuta por el procedimiento. “Lleve el tiempo que lleve. Por el hecho de que yo lo gestiono todo y no voy a contratar a absolutamente nadie a fin de que esté refrescando la web, si bien pueda haber colegas que lo hagan, un comportamiento nada ético. Entonces habría que investigar el caso de los supuestos agremiados, porque hay migrantes que nos han comentado que sospechan que eran falsos. Aquí todo el mundo va de abogado, mas habría que ver su título colgado en la pared”, critica Díez. “Al final, cuando les rechazan la petición y pierden el dinero, los perjudicados acaban recurriendo a profesionales como nosotras”.
Roberto Borda cree que estos inconvenientes se deben a la desesperación de los migrantes, provocada por las trabas administrativas. “El abuso de poder se da cuando se cobra por conseguir una cita, no por la asesoría o bien el acompañamiento. Sin embargo, hay casos en los que alguien ya tenía todos y cada uno de los papeles y pagó doscientos cincuenta euros sólo por obtenerla”, asegura el miembro de la . “Es una extorsión, pero la Administración hace dejación de funciones cuando te impide presentarte ante ella o no admite unos papeles que expiraron por culpa de las demoras ocasionadas por su burocracia. Lo que falla es la ineficiencia del sistema, no la persona perjudicada por el bloqueo y las esperas”.
Protesta en dos mil doce contra la retirada de la tarjeta sanitaria a los migrantes. / EFE
A comienzos de octubre, tuvo lugar una ante la principal Oficina de Extranjería de la capital de España bajo el lema Sin citas no hay derechos. La Asociación Apoyo y la Coordinadora de Distritos emitieron un comunicado donde examinaban la situación que padecen los perjudicados. “Ese desinterés de la Administración madrileña por brindar un servicio digno a las personas extranjeras ha provocado que surjan ofertas en internet que gestionan estas citas tras el pago por el servicio. En verdad, que la petición se realice solo por medio de internet oculta el maltrato institucional a las personas migrantes. Dificultar el acceso a los trámites de regularización de la situación administrativa es levantar una nueva frontera invisible”.
Roberto Borda explica a Público que, cuando la Delegación del Gobierno justifica que la página web está colapsada por la acción de los intermediarios que cobran por este motivo y que los mostradores no dan abasto por la falta de personal, sencillamente echa balones fuera en vez de asumir su responsabilidad con la ciudadanía. “La única forma de lograrla es pasarse todo el día delante del ordenador”, insiste.
Sin embargo, expone un nuevo problema al que se encaran los migrantes. “Hasta hace dos años, la Oficina de Extranjería funcionaba y te convocaban en 3 o bien cuatro meses. Ahora, si la consigues, debes presentarte la semana siguiente. Lo que podría parecer positivo es un perjuicio, pues 7 días resultan insuficientes para que los demandantes puedan organizarse y lograr cierto papeleo. Si deseas reagrupar a tu familia, tienes que tener un piso de alquiler, mas el margen para firmar un contrato es escaso. Si un documento ha caducado, tampoco te da tiempo a renovarlo, de tal modo que un trabajador puede perder una oferta laboral o bien una estudiante, unas prácticas”.
Horarios de publicación de cita anterior de la Oficina de Extranjería en la capital española.
Al final, agrega Roberto Borda, los nuevos plazos están produciendo más dificultades: “El sistema ha generado más inseguridad a quienes desean regular su situación”. La abogada Silvia Díez agrega otra: “La Delegación del Gobierno publicó el pasado tres de octubre, un día antes de la protesta en la calle Silva, cuándo se facilitaban las citas, con lo que todo el planeta estaba pendiente y no fue nada fácil conseguirla. Yo sólo logré una, por el hecho de que cuando lo volví a procurar voló”. cita de huellas extranjeria
En ese “todo el mundo” no sólo se abarcan los perjudicados, sino también las empresas, locutorios y conseguidores que se aprovechan de la necesidad de los migrantes. “Es un abuso que perjudica a los ciudadanos”, asevera el miembro de la Asociación Apoya, si bien repite que la culpa es de la Administración. “A través de la cita anterior, creó una frontera invisible en torno a los derechos. Y, al bloquear las solicitudes, ha terminado surgiendo un negocio ilícito. Esa barrera es una forma de violencia contra las personas, al tiempo que su actitud refleja que los migrantes son una población ignorada y olvidada”.
Por ello, concluye, quienes no lo consiguen —por falta de tiempo o por su situación precaria— son víctimas de intercesores que abusan de ellos para sacarles partido económico. “Como no cuentan nada para el Estado, se lava las manos y no provee los medios precisos para atenderlos”. En queja, la entidad a la que pertenece y muchas otras han empezado el día de hoy la recogida de firmas en la página web con la intención de entregárselas a los responsables de esta situación. Habrá que ver si es más simple charlar con el Ministerio de Interior o bien con la Delegación del Gobierno que conseguir una cita en la Oficina de Extranjería por medio de internet. Por el momento, a los afectados solo les queda seguir presionando la tecla F5.